3.21.2007

El Temor de cada Padre

Temer es una condición inviolable de la paternidad.

Aún antes de que ese pequeño venga al mundo, tememos por su desarrollo, por su salud, por su entorno emocional...; temblamos ante su fragilidad y ante la nue
stra.

Nuestro temor es útil en cuanto nos permite estar alertas para protegerlo, mas se convierte en una lápida que sepulta la personalidad despierta del infante, si reprime su curiosidad intelectual, si lo restringe socialmente o entorpece su independencia.


El amor de los padres debe abrirse paso a través de los temores personales que cada uno arrastra, extrayendo la sabiduría de la experiencia solamente para descansarla sobre el riesgo que el simple acto de estar vivo representa.

No se crece libre en aislamiento y sin opciones. No se aprende sin errar. Y no confía uno sin que antes alguien nos haya obsequiado su confianza.

Reconocer nuestros temores ante nuestros hijos, es abrir la puerta para que nos confíen los suyos. Sólo entonces comprenderán que nuestro amor se preocupa y se enfada porque esa es la naturaleza del que teme verlos lastimados.

Vendrán tiempos en que deban tomar riesgos, decidir por sí mismos, experimentar como lo hicimos no hace mucho, como lo hacemos incluso hoy con ellos... Y qué mejor que hacerlo con la certeza de que alguien tiene fe en su habilidad para librar con éxito la encrucijada, teniendo siempre un refugio al cual volverse siempre que así lo necesiten.


Taller Leon Valley; San Antonio, Texas.